Una de las situaciones más comunes con las que se encuentra un emprendedor o un microempresario es pedir un préstamo. Sin embargo, son muchas las compañías devoradas por los intereses. Se llega a un círculo vicioso que lleva de la falta de liquidez a pedir préstamos, para luego volver a caer en problemas de solvencia. En este artículo buscaremos ayudarte a entender la mejor manera de acudir a los préstamos ante eventualidades. De esta forma los créditos no te llevarán a la ruina.
El primer motivo por el que se solicita un préstamo es por falta de liquidez. Este término puede ser un poco confuso… sin embargo es bastante fácil de entender. Nos referimos a no tener suficiente dinero en efectivo o en bancos para cubrir los compromisos a corto plazo. Es parecido a lo que les pasa a muchos profesionistas justo antes de cobrar la nómina. En pocas palabras, es tener poco dinero en la cartera.
¡Ojo! No nos referimos necesariamente a estar quebrados. Ciertamente el que está al borde de la quiebra tiene una crisis de liquidez. Pero también la tiene el que gastó más de lo que le permitía el presupuesto. Y aquí es donde viene la reflexión para el empresario ¿Qué hacer ante esta situación? Es verdad que puede convenir pedir un préstamo y asumir las consecuencias de gastar demasiado rápido. De nuevo, haciendo la analogía con las personas, ante la falta de efectivo se suele recurrir a las tarjetas de crédito. Pero no siempre conviene hacerlo.
El motivo es que las malas prácticas en los negocios suelen producir pésimos resultados. El que pide un préstamo y no enmienda sus errores está condenado a sufrir pérdidas. Nadie, en su sano juicio, intenta llenar un barril sin fondo. Pues cuando no solucionamos los problemas que nos llevan a la falta de liquidez, hacemos precisamente eso. Te preguntarás, entonces, qué hacer.

Lo que se recomienda, como primer paso, es realizar un análisis de causa raíz. Existen muchos métodos para hacerlo. Yo recomiendo para principiantes la herramienta de los 5 porqués. Ésta implica preguntarse, al menos cinco veces, por qué pasan las cosas. Por ejemplo:
- Problema: Falta de liquidez.
- 1er porqué: Porque tuve que pagar las nóminas y me quedé sin efectivo.
- 2do porqué: Porque mis clientes no me pagaron a tiempo.
- 3er porqué: Porque tienen condiciones de pago a 90 días.
- 4to porqué: Porque si no doy esas condiciones no puedo venderles.
Como se puede observar en el ejemplo, no fue posible llegar al 5to porqué. La causa raíz es que existen clientes que tienen condiciones de pago más largas de lo deseable. Esto lleva a que, si no se cuenta con un ahorro mínimo en el banco (fondo de capital de trabajo), constantemente se deberá recurrir a préstamos.
El segundo paso es buscar una solución de la causa raíz. Para este caso veo dos alternativas aparentes. La primera es buscar clientes con condiciones de pago más accesibles. De esta manera, siempre se tendrá suficiente flujo para cumplir eventualidades. Sin embargo, esta opción puede llegar a ser poco realista. La segunda es, poco a poco, generar un fondo de capital de trabajo. Para ello se puede establecer la política que el 5% de todos los ingresos se deba colocar en una cuenta especial. Este fondo no se podrá tocar a no ser que exista una crisis justificada de liquidez. Por otro lado, en el siguiente pago recibido, se deberá restaurar lo que se tomó del fondo de capital. De esta manera el ahorro siempre se restablecerá.
El tercer paso es, una vez identificado el problema y puesta una solución, entonces sí solicitar un crédito. En el ejemplo que hemos comentado. El préstamo hace las veces del fondo de capital de trabajo. Lo mejor será pedir solamente lo que se necesita y pagarlo justo al momento de recuperar el dinero. Esta es la idea detrás de las tarjetas de crédito empresariales. Estas no se deben utilizar sin ton ni son. Son más bien un salvavidas ante las crisis de efectivo. Eso sí, las tarjetas de crédito conllevan un interés, mientras el fondo de capital no.
Te preguntarás qué pasa si el problema no se soluciona con políticas, sino que es necesario invertir para revertir las tendencias. En dicho caso nos encontramos con un proyecto de inversión. Estos conllevan un análisis más detallado que profundizaremos en un futuro. Lo más recomendable, si no tienes experiencia, es acercarte a profesionales que te ayuden a solucionar el problema. De nuevo todo dependerá de la causa raíz, por lo que no dudes en practicar la herramienta de los cinco porqués ante las eventualidades de tu negocio.