¿Te has preguntado cuál es la razón de hacer pruebas %GRR, si los equipos ya están calibrados? Puede parecer una pregunta simple, pero es una de las más comunes con las que me topo al impartir el curso de MSA. De hecho, muchos laboratorios confunden ambas pruebas. Esto se debe, sobre todo a que no se entiende claramente la diferencia y la importancia de cada una de ellas. En este artículo, intentaré matizar las diferencias entre una y otra.
1. ¿Qué es medir? Esta pregunta tiene truco. La mayoría de los profesionales de la calidad lo asocian con una comparación. Y en parte no están errados. Según el VIM (Vocabulario Internacional de Metrología), medir no es otra cosa que: el proceso que consiste en obtener experimentalmente uno o varios valores que pueden atribuirse razonablemente a una magnitud. Evitando no caer en tecnicismos, podemos separar la definición en tres grupos de conceptos:
- Atribución Razonable: Las mediciones tienen en sí mismas una calidad. Debe existir un valor objetivo que sea la medida a partir de la cual se juzgue el valor del elemento a medir. Y por lo tanto no todas las mediciones son iguales.
- Obtener Experimentalmente: medir es un proceso físico, y por lo tanto es diferente de calcular, estimar o incluso contar. La verdadera medición implica toparse con la realidad.
- Valor de una Magnitud: las magnitudes según el VIM, son características cuantificables de fenómenos, cuerpos o sustancias. En pocas palabras, es el conocimiento particular de una realidad a partir de un número. Por ejemplo: El peso de Juan es de 85 kg, nos indica que su masa (magnitud) es de 85 kg (valor numérico).

2. ¿Qué es una calibración? Por temas del lenguaje coloquial, muchas veces se confunde el término calibración, con el de ajuste o puesta a punto. En un sentido de metrología, la calibración es el proceso de obtener las relaciones entre los instrumentos y los patrones considerando sus errores (sesgo e incertidumbre) y su aplicación a las mediciones específicas (Cf. VIM).
En pocas palabras, son pruebas para verificar que los equipos midan según lo que tienen que medir. Los patrones con los que se realizan estas pruebas deben garantizar la trazabilidad metrológica al Sistema Internacional de Unidades. Por ejemplo, en un flexómetro, se deberá garantizar que la comparación sea hecha con Bloques Patrón trazables al metro. Esto se logra mediante una cadena ininterrumpida de calibraciones la cual implica laboratorios acreditados (ISO 17025) y centros nacionales de metrología como el CENAM en México o el NIST en USA.
Utilizar equipos no calibrados implica un gran riesgo de calidad. Esto se debe a que pueden tener fallas de origen que conlleven confusiones en un mismo producto. Por ejemplo, sin calibraciones, no podríamos garantizar que las mediciones del proveedor y el del cliente son equivalentes, y en caso de reclamos no habría forma de dar la razón a ninguna de las partes.

3. ¿Qué son las pruebas de MSA? Son un conjunto de pruebas que tienen como objetivo validar el proceso de medición en un entorno de manufactura. En otras palabras, no sólo interesa que el equipo esté calibrado, es necesario validar que funcione para medir lo que se desea medir en el contexto real de las mediciones. Esto incluye tanto las piezas de proceso (su variación y sus tolerancias), como el equipo específico y los evaluadores que realizarán las mediciones.
Existen diferentes variantes de pruebas. En el contexto americano se suele solicitar la prueba %GRR. Esta prueba valida la variación del proceso de fabricación contra la variación de las mediciones de las piezas. Otra variante común son los índices de Cg y Cgk (Capacidad del Gauge), los cuales comparan la variación y errores de las mediciones reales, contra las tolerancias asignadas a una pieza.
En conclusión: medir de una forma adecuada es crucial para garantizar los procesos industriales. Por una parte, es necesario conocer los errores de los equipos específicos en condiciones ideales (calibración). Sin embargo, esta validación, aunque totalmente necesaria, es sólo el primer paso. Es necesario evaluar la forma en que medimos en las organizaciones. Para eso son de gran ayuda las pruebas de MSA en sus diferentes variantes. El no realizar esta segunda validación, puede conllevar que contemos con excelentes equipos y que en realidad no sepamos siquiera operarlos.